Antes de que el sol renazca
y se hayan alejado los aullidos de tu noche solitaria,
sigilosa, de ti… me llevaré cada uno de los dientes,
y mi carne será vengada.
De ti… cada una de las garras,
para sanar mi piel, tendré.
Me apropiaré… de tu olor salvaje…
de ti.
Y callada, arrancaré esta sábana de tu cama… suave,
antes de que tus desvelos gruñan,
para esconderme,
antes de que tengas hambre,
para protegerme,
antes del despertar animal de tu instinto,
para huir.
Y sigilosa, de ti… recordaré cada uno de los pedazos,
que te comiste… de mí…
antes de que el sol renazca,
y se hayan acercado los aullidos de mi noche solitaria.