Etiqueta: Amor

03 nov

PLANETA 3G

Eva Villares / Publicación / / 0 Comments

Los amantes se deseaban, pero no podían abrazarse. Cada uno de ellos comenzó a golpear con fiereza las mamparas que les separaban. Desde la cercana lejanía el uno del otro, luchaban para poder acariciar las palmas de sus manos, mas éstas sólo alcanzaban a rozar el frío cristal. Lentamente la rendición en sus cuerpos comenzó a hacer mella. Eran incapaces de romperlo, y ya sólo se miraban como dos estatuas, inertes, sin fortaleza. Entre las dos transparentes barreras, transeúntes caminaban libres. Algunos de ellos con un libro cerrado bajo la axila, otros agarrados de otras manos. Así pues, los enamorados optaron por sentarse, cansados. En sus mentes tan sólo recordaban las sonrisas que se habían dedicado, las caras tristes, las lágrimas secas en rostros hipócritas, los mecánicos guiños de complicidad. Expresiones erróneas, frases mal pronunciadas. Cerraron los ojos y se dejaron llevar, consumidos dentro de ese lugar donde estaban atrapados. Y ya sólo sentían cómo se alejaban más y más, mientras eran absorbidos por el gran agujero negro del Smartphone gigante donde vivían.

28 oct

EL ÁRBOL QUE NO SABÍA PERDONAR

Eva Villares / Publicación / / 0 Comments

El señor octogenario estaba sentado sobre la roca, colocada al lado de la puerta trasera de su morada campestre. Sus deterioradas e hinchadas manos, desplomadas sobre las rodillas, soportaban la lasitud de su cuerpo de señor ya mayor. Apenas miraba al frente, sólo para lanzar breves vistazos con hastío al almendro, huérfano y solitario al lado del resto de pimpollos de otras especies, y que con tanto esmero había cuidado su esposa los últimos tres años de su existencia. Se armó de coraje y decidió fijar la visión sobre éste, aunque con cierto rencor, pues sentía que no merecía su apreciación. Varios años se mantenía con vida el vegetal, pero nunca había observado en todo ese tiempo la mudanza del color de su tronco; permanecía verde, endeble y enjuto, como si se negara a evolucionar desde la adolescencia a la madurez. Ni frutos maduraban en su ramaje, siempre estaba vacío de hojas año tras año, mas no de su perenne gama rosácea, tal como si buscase perpetuar un eterno embarazo más allá de los nueve meses. Aparentaba ser un árbol frágil e inservible, pero con cierto donaire. Sus delicadas flores vivían en las ramas, amontonadas, formando de manera fascinante algún que otro trío e incluso cuartetos y quintetos, imperturbables. Pero el hombre ya no lo quería en su plantación. Siempre había pensado que ese ser vivo sin habla se le rebelaba.
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10 sep

LA FÁBRICA DE LÁGRIMAS

Eva Villares / Publicación / / 0 Comments

La fábrica permanecía aún en pie a las afueras de la ciudad, pero un ramaje de plantas secas, enredadas como serpientes, había comenzado a cubrir su fachada.
La muchacha, pequeña e ilusionada, llamó al timbre, y al rato, un hombre le abrió.
–Disculpe,… Quisiera volver a formar borrones de tinta azul sobre las letras escritas en una carta, de un hombre que me declare su amor.
Y quisiera volver a formar manchas de tinta negra sobre la tela de una camisa, de un hombre que me acoja en sus brazos.
Y quisiera volver a formar rodales de tinta clara sobre la almohada de la cama, de un hombre que en mi cabello susurre “te amo”.
Véndame uno de sus frascos, se lo ruego. Uno de esos frascos de lágrimas de emoción por amor.
–Lo siento joven, pero no puedo ayudarte. –le respondió. –Hace tiempo que las ventas cayeron. Hace mucho que la fábrica está cerrada.

Y el hombre, de un impulso, le cerró el portón en la cara.

21 ago

EL DESEO ETÉREO

Eva Villares / Publicación / / 0 Comments

Me gusta cuando recorres con tus dedos el curvo sendero de mi espalda, y cómo consigues hacer estremecer mi piel.
Y me gusta cuando acaricias con tu boca el recóndito escondite de mi nuca, y cómo consigues hacer revolotear mi cabello.
Y me gusta cuando rozas con tu aliento los dulces montes de mi pecho, y cómo consigues hacer endurecer mis pezones…

Por eso, cuando te añoro, voy allí y te busco. Camino mucho y tardo, tal vez minutos largos que son horas, mas no me canso porque allí llego. En lo más alto de esa elevada montaña, donde nadie nos descubra, donde seas todo para mí, donde te abarque entero, donde sólo seamos tú y yo, ahí me siento, aguardo, me desnudo. ¡No faltes a nuestra cita! Mi amado viento,… te espero.

10 jul

EL PACIENTE ENAMORADO

Eva Villares / Publicación / / 0 Comments

Microrrelato seleccionado en el I Concurso de Microrrelatos románticos «Porciones del alma», 2013. Diversidad Literaria.

Te amo… Y por ti soy capaz de hacer sangrar mi piel para lograr que tú por mi te conmuevas,… aunque duela. Mas tú apenas me hablas, ni me miras, ni me sonríes. Y yo aún mantengo la esperanza, por eso me sigo hiriendo. Me reconforta ver tu bonita cara un ratito por las mañanas, cuando entras y me vuelves a poner en su sitio el gotero.

07 jun

REFLEXIÓN DESNUDA: GULA

Eva Villares / Publicación / / 0 Comments

Y tras abrir la despensa de mi mente, me voy nutriendo de ti; con gula, con deseo, con hambruna, con pasión. Picoteo de las migas de pan tierno de tus orejas. Me endulzo con la roja fresa de tu boca. Tomo de la bebida azucarada de tu cuello. Mordisqueo las costillas muy hechas de tu cuerpo. Rebaño la tarrina de helado de tu ombligo. Respiro. Y paro para hacer la digestión, pero todavía no estoy llena.

05 jun

ESPERAR CIEN AÑOS PARA AMARTE

Eva Villares / Publicación / / 0 Comments

Microrrelato finalista en el «II Concurso de Microrrelatos organizado por la Asociación Valenciana de Críticos y Escritores Literarios (C.L.A.V.E.)»

Y cuando yo te busque tú ya te habrás marchado. Y cuando tú me quieras encontrar, yo ya me habré ido. Y sólo cuando tenga que ser nos amaremos. Y cuando eso ocurra todos serán cómplices de nuestro amor. Y ante sus ojos uniremos nuestras bocas, con un beso tan largo y tan mágico, que ciegos de fascinación quedarán.

Le dijo la luna al sol.

Fotografías: LiterNauta.es
24 may

EL PEQUEÑO PLACER DE UN BESO

Eva Villares / Publicación / / 0 Comments

Para personas enamoradas… 

Dame un beso dulce, como el fragmento de una onza de chocolate, cuando la derrito en mi boca, plácidamente, con la calidez de mi saliva.

Dame un beso fresco, como la brisa en la cima de una montaña, cuando golpea mi rostro, impulsivamente, en una calurosa tarde de verano.

Dame un beso inocente, como un campo sembrado de amapolas, cuando deslizo mi mano por ellas, alegremente, mientras camino con los ojos cerrados.

Dame un beso íntimo, como la luna llena, cuando la observo allá a lo alto del cielo, misteriosamente, en noches sin estrellas.

Dame un beso tierno, como el corazón de una magdalena, cuando hundo mis dedos en él, relajadamente, al salir recién hecha del horno.

Dame un beso fugaz, como la sonrisa de un desconocido, cuando espero sentada en el tren, pacientemente, y nuestras miradas se cruzan a la vez.

Dame un beso mágico, como la lluvia de una tormenta, cuando me empapa sin tener paraguas, tenuemente, hasta que vuelve a salir el sol.

Dame un beso verdadero, como los dedos de un amigo, mientras se posan en mis mejillas, silenciosamente, para secar las lágrimas…

Dame un beso de amor, de tus labios, como el de aquella vez, sinceramente, cuando nos conocimos.

Dame un beso,… vuelve a darme un beso, un beso tuyo.

20 may

LA PRINCESA (DES)PROMETIDA

Eva Villares / Publicación / / 0 Comments

Microrrelato con una deliciosa venganza de amor…

La niña había estado jugando a ser mayor, se había puesto un bonito vestido, se había calzado unos tacones y se había pintado bien los labios. Había estado bailando frente al espejo, a la vez que tarareaba una melodía de cuento de hadas en su imaginación. Y tras ello, se sentó en el borde de la cama, abrió el libro a la altura que el marca páginas indicaba, y terminó en voz alta la última página que le faltaba por leer.

“(…) y la primera de las noches la princesa esperó sobre el lecho de su alcoba, emocionada, pues su príncipe iría a buscarla, y la montaría en su blanco corcel, tras haber vencido con su sable al dragón de cuatro cabezas.

De nuevo, la segunda de las noches la princesa esperó sobre el lecho de su alcoba, emocionada, pues su príncipe iría a buscarla, y le apartaría las ondas de su cabello, para susurrarle tiernas palabras cerca de su rostro.

Y al fin, la tercera de las noches la princesa esperó sobre el lecho

de su alcoba, emocionada, pues su príncipe iría a buscarla, y la tomaría con sus robustos brazos, mientras le propinaría un dulce beso de amor.

Esperó durante horas, mientras se atusaba con las púas de sus dedos el cabello. Y ya cuando sobrevino la noche, de tanto cansancio se quedó dormida.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.”

La muchacha cerró el libro, cogió su bolso y se fue a la discoteca con sus amigas.

19 may

RECETA DE CORAZÓN A LA VINAGRETA

Eva Villares / Publicación / / 0 Comments

Precio: económico

Dificultad: fácil

Ingredientes:

  • 1 corazón joven y tierno
  • Una pizca de besos y 1 pizca de caricias, a partes iguales
  • Una cucharadita de cariño
  • 1 buen chorro de promesas
  • 1 ramita de mentiras
  • Guarnición: Enamoramiento al gusto

Procedimiento:

– Separamos el corazón tierno. Lo lavamos bien para eliminar restos. Lo secamos con cuidado para no romperlo. Lo colocamos sobre una cacerola nueva. Sazonamos con la pizca de besos y la pizca de caricias. A continuación añadimos la cucharada de cariño. Lo impregnamos bien con nuestras manos, hasta que se vaya empapando por todas partes con la mezcla. Cuando esté bien revuelto todo, cubrimos con el chorro de promesas. Dejamos macerar durante un tiempo. Cuando el corazón haya absorbido gran parte del jugo lo calentamos a fuego fuerte. Mientras tanto vamos preparando la guarnición de enamoramiento y la dejamos preparada en el plato. En cuanto el corazón esté bien hecho y meloso, lo sacamos de la cacerola. Lo introducimos en el mortero junto con la ramita de mentiras, y machacamos, machacamos y machacamos hasta que se deshaga completamente. Lo añadimos a la guarnición y… ¡Listo para comer!