ODA A MI AMANTE (fragmento)
[…] Un vendaval de frenesí controlado arranca mis piernas de la tierra,
y retuerce sus diez raíces,
que se encogen y se estiran
a cada estremecimiento que sopla mi garganta.
Y así, relajada y disponible, te ofrezco mi fruto,
de un color tan vivo, tan rosado, ya maduro,
que a punto de caer se ocultaba con recelo entre las ramas podadas.
Acarícialo, pálpalo, cógelo…
Y piensa si deseas saborearlo,
pero no lo dejes en su árbol. […]
Comentarios recientes