Etiqueta: Reflexión

27 nov

LA CRIATURA

Eva Villares / Publicación / / 0 Comments

Cuatro ojos tenía,
dos en cada lado,
mirada confusa y vigía,
delante y detrás,
surcada por las estrías
de sangre y humedad.

Tenía cinco orejas,
que controlaban, obsesivo,
los pasos de algún furtivo;
y no es que hubiera perdido el sentido,
repartido, estaba,
a lo largo de su piel.

Y dos comisuras tenía,
teñidas de rojo,
como el fluido de su pecho,
que se escapaba por la boca,
que tenía,
sola, una sola,
repleta de incisivos;
hambrienta de su corazón de feto.

Vivía en las entrañas
del ser que se miraba,
muy quieto,
sin saber quién era,
sin saber qué responder,
poseído.
“Pronto nacerá…”
Se dijo.
“Pronto eclosionará el huevo…
Y se dispondrá a morder…”
Jadeó frente al espejo.
“La criatura llamada Miedo.”

26 nov

TIRITERA

Eva Villares / Publicación / / 0 Comments

¿Es que no ves que tirito?
¿Y que siento fresco en tu cobijo?
¿Y que tu abrazo no me calma?
¿Y que aun vestida estoy desnuda?
¿Y que el calor de tu piel no me basta?
¿Y que no es de frío por lo que tiemblo?
¿Que abrigos para el corazón todavía no se han cosido?

03 dic

BÉSAME

Eva Villares / Publicación / / 0 Comments
Bésame.
Bésame cuando la cima ya haya alcanzado,
y tú en el primer ascenso todavía estés mirando hacia arriba.

Bésame.
Bésame aunque tu boca entre las barras de acero no quepa,
y yo encerrada en la celda añore que encajen la llave.

Bésame.
Bésame a pesar de estar sentada en el vagón,
y tú sólo veas el destello del sol sobre el cristal de la ventana.

Bésame.
Bésame cuando quiero. Bésame cuando quieras.
Bésame en lo bueno. Pero bésame también cuando no se pueda.

Deja que te bese en la boca como si bebiera de ti, aunque se haya evaporado.

Bésame cerca, pero también en la distancia.

Bésame en el aire. Dame tu beso de aire.
Que tu beso y el aire sean aire, que me haga flotar como el aire.

No dejes de besarme.
Y aunque ya no te sienta, sigue besándome.
Besa mi recuerdo.

Bésame.
Ahora. Mañana. Un día. A mí. Ojalá.

Besa.
Aunque tu beso ya sea para nadie.
02 oct

GUERRERA

Eva Villares / Publicación / / 0 Comments

¡Y seguiré traspasando cada espejo!

¡Y seguiré rompiéndolo en muchos pedazos!

Galopando subida a mi corcel,

cual caballera agarrada a su aguda lanza.

Hasta toparme con aquél

en el que pueda besar mi reflejo.

07 jun

REFLEXIÓN DESNUDA: GULA

Eva Villares / Publicación / / 0 Comments

Y tras abrir la despensa de mi mente, me voy nutriendo de ti; con gula, con deseo, con hambruna, con pasión. Picoteo de las migas de pan tierno de tus orejas. Me endulzo con la roja fresa de tu boca. Tomo de la bebida azucarada de tu cuello. Mordisqueo las costillas muy hechas de tu cuerpo. Rebaño la tarrina de helado de tu ombligo. Respiro. Y paro para hacer la digestión, pero todavía no estoy llena.

18 may

REFLEXIÓN DESNUDA: LLUÉVEME, AMOR

Eva Villares / Publicación / / 0 Comments

Acurrucada dentro de la cama, sólo una lamparilla de noche me alumbra. Fuera comienza a llover, y nos miramos. Con los ojos entornados, muy cerca, frente a frente, de lado, descubiertos, sin telas, desnudos, tan cálidos, tan íntimos, tan nosotros dos. Nadie más. A cada gota que suena sobre el cristal de la ventana, nos acariciamos con un beso, casi al compás. La lluvia crece, también nuestro frenesí. Adosados, abrazados, abarcados. Pecho con pecho, piel acariciando a piel. Llueve más fuerte, el cielo se enfurece. Descarga su pasión sobre el tejado de nuestro rincón. Interrumpo un beso. – Hazlo,… ahora –susurro sin escuchar mi voz. Y ya estás sobre mí, sin darme cuenta. Y ya estás dentro de mí, y me doy cuenta. Unidos, fundidos, amarrados. Hacemos el amor. Graniza fuera y la luz de la lámpara se entrecorta, pero ahí estás, te veo, te siento, tan profundo que casi alcanzas a rozar mi corazón. Lo acaricias, lo dejas, lo tocas, lo abandonas,… Un último trueno, y la oscuridad se instala en la habitación. Ya he llegado. Y ya ha cesado. Y ya no hay tormenta, ya no hay nada. Sólo charcos fuera. La luz regresa y abro los ojos. Y no hay nada. Sólo un charco dentro, mi espalda envuelta en sudor en la cama. Y ya no hay hombre, ya no hay nada…